
VILA DO BISPO está situado en el camino hacia SAGRES donde se encuentra el Cabo de San Vicente. A pesar de ser un pueblo bastante pequeño, tiene dos iglesias y una ermita de la Virgen de Guadalupe. Esta de la foto es una iglesia barroca cuya sacristía sobrevivió al terremoto de Lisboa. La única nave de este templo está recubierta de azulejos que llegan hasta el techo, con un bello artesonado y el altar mayor está bastante recargado con una talla dorada.

Siguiendo nuestro viaje hasta SAGRES, nos encontramos con su Fortaleza. La historia de este pueblo es también la de un desafío, el de Enrique el Navegante, quién decidió buscar nuevas rutas en el horizonte y eligió este lugar para fundar su escuela de marineros, donde comenzó la saga de los Descubrimientos Portugueses.

Aunque los edificios fueron destruídos completamente en 1587 por Sir Francis Drake, el espíritu de este lugar permaneció intacto. Dentro de la fortaleza, en su patio, está La Rosa de los Vientos, hecha de piedra con un diámetro de 43 metros. Es impresionante la rosa.

Ya hemos llegado al CABO DE SÂO VICENTE y nos encontramos con que están de obras y no podemos visitarlo por dentro, que lo que hay es un faro y una placita, pero como hay una gran verja, pués nada. No os podeis ni imaginar la de gente que había y más de treinta puestos alrededor del cabo. Es todo un negocio, eh?

Según cuenta la leyenda cristiana, después de su martirio en el siglo IV, el cuerpo de San Vicente flotó hacia la costa, junto con la capa que llevaba su nombre. Aquí se quedó, guardado por los cuervos, hasta que fue trasladado a Lisboa, en 1173. Sagrado para los romanos, y posiblemente el lugar de un templo dedicado por los gruiegos y fenicios a sus dioses Chronos y Melqart, hace miles de años, el Cabo de San Vicente tiene una larga asociación con la divinidad y veneración. Increíble, verdad?