El concierto estuvo genial, dando una caña que no podías parar de cantar (ó chillar) y estar todo el rato de pie dando saltos.
Y, para eso, el final fue apoteósico cerrándolo con su canción de "Los barrieros" donde cientos de sombreros negros volaban sobre nuestras cabezas acompañados de serpentinas que salían del escenario.
Simplemente, espectacular.
Ya me quedé con las ganas de verlos en Daimiel, pero al final los he podido ver en el Palacio de Deportes de mi ciudad.
Os recomiendo que vayais a uno de sus conciertos, no os pasará desapercibido.
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